NINA CAUSSA: “La diseñadora de producción imagina y crea todo el mundo o el universo donde pasa la historia”.

25/03/2024

Este mes entrevistamos a Nina Caussa, diseñadora de producción que ha trabajado en varios films rodados en Barcelona como Desmontando un elefante, Sin huellas, Pájaros o Esmorza amb mi. Con ella hablamos de su profesión.

Para aquellas personas que no sepan qué es, ¿en qué consiste el diseño de producción?

El diseño de producción, que muchas veces también se le llama dirección de arte y aquí se confunden los términos, es la figura responsable del departamento de arte. Y que imagina y crea todo el mundo o el universo donde pasa la historia. Tanto si lo crea a partir de localizaciones que ya existen, se construyen decorados en plató o se hace una combinación con efectos digitales. También la diseñadora o diseñador de producción tiene que formar parte de esto, porque en el fondo estará en pantalla. Además, es desde el espacio más general al más pequeño. Qué viste este espacio, qué muebles, qué plantas, qué vehículos hay, qué atrezo usan los personajes. Un poco todo lo que es visual y que no es vestuario y cómo está iluminado.

 

¿Cómo llegaste al diseño de producción? ¿Qué te atrajo de este aspecto del audiovisual?

Entré en la ESCAC pensando que quería hacer guion. La verdad, ignoraba prácticamente que existía el diseño de producción. Mi conocimiento del mundo del cine era mucho más amateur. Y casi no era consciente qué era el diseño de producción y la dirección de arte. Cuando empecé en la ESCAC, esto se parecía más a lo que a mí me gustaba hacer que el guion. Yo era una persona bastante visual. Siempre había dibujado, hacía cosas con las manos, ...Y pensé que estaba mucho más cerca de mis intereses. Y a partir del tercer año, que ya hacíamos la especialidad, me metí en ello. A pesar de que después, la verdad, donde más aprendí fue trabajando y en un máster que hice más adelante en escenografía teatral, pero que me ayudó. 

 

Cuando empiezas un nuevo proyecto, ¿tienes una manera determinada de abordarlo?

Cada proyecto puede pedir cosas diferentes. Normalmente, con una película o una serie en el que estás creando un espacio para una historia, empiezo por el guion o por lo más aproximado que haya en el guion. Leyéndotelo y viendo un poco qué espacio y qué mundo necesita esta historia, cómo lo veo yo en el texto y cómo lo ve quién haya creado esta historia: la guionista, la directora o a veces, viene más encaminado desde una producción creativa. Empezando un poco esta conversación de cómo nos imaginamos que sería el mundo donde pase esta historia. 

 

También trabajas en otros medios audiovisuales aparte del cine, ¿cambia mucho tu trabajo como diseñadora de producción en un film que, en un anuncio, una serie de televisión o un videoclip? ¿Es diferente el proceso creativo?

En general, el diseño de espacios para historias, también incluiría el teatro o incluso los parques temáticos, tiene algo en el centro que es común y después hay pequeñas variaciones. Puedes transitar de un medio al otro y después tendrás que ver los detalles. Tienes que saber que, en publicidad, para empezar, todo va mucho más deprisa, que son más cortas y que hay un producto o la idea que se quiere vender. En cambio, en cine te centrarás mucho más en la narrativa y en los personajes,... En teatro suele ser un espacio único y no cambias mucho la escenografía. Haces un pequeño cambio durante la obra, pero es más pensar un espacio que sirva a toda la pieza. 

 

¿Cuáles son las principales dificultades con las cuales te encuentras como diseñadora de producción a la hora de hacer tu trabajo?

Varias. Por un lado, el tiempo con el que te incorporas a un proyecto. A veces está más contemplado y tienes el tiempo para hacerlo. Otras, es muy justo. O en algún proyecto han empezado a hacer las localizaciones antes de que me incorpore. Es muy extraño porque en el fondo me tendré que apañar con estas localizaciones y no haber podido intervenir no es lo más ideal. Es igual si es un proyecto de alto que bajo presupuesto, el problema siempre es el dinero. Parece que nunca haya suficiente. Al final, lo acabamos encontrando y es cuestión de estar dispuestos a hablar, pactar y explicar. A veces que todos seamos conscientes de la importancia de cada departamento, del mío, pero también del departamento de la persona de al lado y que todos son esenciales. Quizás en algunas películas unos tendrán más preeminencia que otros, pero tienes que saber ponerlo en su lugar y, por lo tanto, respetar lo que cada cual necesita para hacer su trabajo. 

 

¿Con qué otros departamentos tienes que trabajar más estrechamente?

Aparte de naturalmente directora/director o quien sea que lleve la voz creativa, localizaciones. Muy al principio localizando con el localizador o localizadora como después con el jefe de producción que lo lleve ya durante el proyecto. Con fotografía, porque el mundo que genero se verá a través de la cámara. Para mí es muy importante cómo lo verá esta cámara y cómo se moverá, cómo será la luz, incluso qué ópticas y qué formato, ya que esto afectará a la viñeta, el color, la luz. Intento trabajarlo mucho. A veces, un problema es que los directores de fotografía siempre se incorporan bastante más tarde que los diseñadores de producción. Al principio tú vas haciendo, pero no tienes su feedback y cuando llega, un poco en el último momento, que estás a punto de construir o decorar, entonces te dice: “No, yo había pensado...”. ¡Ostras, qué pena que no hubiera podido estar cuatro semanas antes cuando lo estábamos creando todo esto! Tenemos que tener una buena comunicación con fotografía, producción siempre, y vestuario. Hay proyectos muy grandes, de Hollywood como Black Panther, en los cuales bajo el diseño de producción también está vestuario, pero en otros muchos proyectos no es así. Vestuario es un departamento independiente creativamente, pero sí que tenemos que tener muy buena comunicación a nivel de gama de color, de estilo, de cómo serán los fondos,...Lo que sí es verdad es que como los diseñadores de producción nos incorporamos bastante al principio, un poco marcamos unas bases que si están bien y gustan, después tanto la fotografía como el vestuario, ya encontrarán unas localizaciones elegidas o unas ideas establecidas con las cuales continuaremos trabajando. 

 

¿Qué diferencias hay entre la filmación in situ donde creas algo sobre una localización que ya existe y un plató construido que has creado de cero? ¿Qué retos te encuentras en este sentido?

Con la localización lo que está bien es que tienes algo que es muy real. Incluso puede tener unas dimensiones que igual construyendo no puedes lograr, porque siempre tienes el límite de presupuesto y lo que genera. Lo peor es que tienes que partir de lo que ya existe, pero hay muchas opciones y es cierto que, si tienes la oportunidad también de intervenir en las localizaciones, es un mundo muy rico porque a todo le puedes dar la vuelta y hay lugares muy especiales a nuestro alrededor. 

Cuando tienes la oportunidad de construir, probablemente, lo más importante es la libertad que das a cómo se puede rodar. Puedes hacer planos cenitales, ya que puedes ir tan arriba como quieras o puedes hacer que las paredes se abran mágicamente sobre ruedas mientras pasa la cámara. Y esto es una cosa que en una localización no puedes hacer nunca. Algunos planos de la historia del cine solo se han podido hacer porque eran decorados construidos, sino eran inalcanzables. Quizás esta es una de las diferencias más grandes. A nivel de qué puedes crear, lo creas desde cero. A veces te encuentras que estás mirando cómo crearlo, pero hay cosas que cantan a decorado, porque no están bastante arraigadas. Es una cosa más naturalista, pero tiene que haber algo que lo haga de verdad. A esto le tienes que prestar mucha atención y para hacerlo te basas un poco en lo que conoces de fuera, aunque lo remezcles y lo reedites. 

 

Trabajas mucho también en Estados Unidos. ¿Ves muchas diferencias de cómo se trabaja allí y aquí?

Viví y trabajé casi nueve años allí. Hay diferencias. Yo vivía en Los Ángeles, que es la meca del cine, a pesar de que allí hacía proyectos bastante independientes, pero hay tanta industria que hay de todo. Desde los proyectos más grandes, hasta los más pequeños, y todos tienen su lugar. Incluso los proveedores se adaptan a la medida de todos. Allí es una parte muy importante de la economía de la ciudad y del estado de California entero. Aparte, tienen una industria tan grande y hace tantos años que lo hacen que lo tienen mucho por la mano. Pueden ser muy prácticos. A veces, aquí parece que con una secuencia queremos inventar la rueda. Ellos dicen, este tipo de escena o la ruedas así o la ruedas asá. Aquí nos rompemos la cabeza y en el fondo acabamos yendo muchas veces a la A o la B. Hay veces que tienes que innovar y te tienes que inventar una tercera vía, pero otras con la A o la B, hay bastante.

 

¿Hay alguna experiencia particular que hayas tenido en algún proyecto que te haya marcado o te haya supuesto un reto muy grande?

A veces pienso cuando empezaba, cómo me atrevía a hacerlo. La primera vez que haces este cargo. Pienso en una película de época que hicimos aquí en Barcelona. Se llamaba Agnosia. Yo era ayudante del diseñador de producción. Es una película con bastante envergadura cuando la ves en pantalla. Éramos cuatro gatos en el equipo. Yo hacía toda la coordinación del equipo, los planos de construcción, iba a ver todas las localizaciones. No sé cómo llegaba. Ahora para la misma película seríamos al menos el doble de equipo. Y más adelante no hace tantos años, un proyecto que hice en los Estados Unidos que no era audiovisual, sino como una experiencia inmersiva en Nueva York dentro de un centro comercial donde construíamos la típica casita americana. Era para una marca. Entre el poco tiempo que tuvimos para hacerlo, el reto de la localización que aparte de centro comercial era estación de transportes y con muchas limitaciones, de cuándo podíamos trabajar, la construcción que iba muy retrasada, … pensaba que no llegábamos. Aquellas veces que dices: “no sé si lo conseguiremos” y al final, sí.

 

 

Entre tus últimos proyectos hay algunos que han rodado en Barcelona como Desmontando un elefante, Sin huellas y Pájaros. ¿Nos puedes explicar un poco cómo fueron?

Sin huellas era una serie de Amazon Prime que figura que pasa en Alicante, pero la rodamos 70% en Barcelona y 30% Alicante. Con el localizador, Jaume Miró, buscamos un poco el mundo este de más abajo, de la costa. Quieras que no, ya hay un cambio de paisajes, de arquitectura, del estilo que le queríamos dar para encontrarlo aquí en Barcelona y los alrededores. Y también decidir qué realmente merecía la pena rodar allí y que podíamos solucionar aquí. Te la juegas un poco, porque vas allí a localizar, pero tampoco teníamos el tiempo de ir a mirar tres semanas a ver todo lo que encontrábamos. Fue bastante interesante. Entre Barcelona, Maresme y Garraf encontramos bastante lo que queríamos. Y entonces en Alicante se dio el toque de tenerlo de verdad en la ciudad. 

Desmontando un elefante es una película que rodamos mucho por la zona de Barcelona y alrededores. La casa de los protagonistas, que seguramente es el espacio más importante de la historia, la rodamos en una casa del arquitecto Tonet Sunyer en La Bonanova. Es cierto que cuando la encontramos y nos la enseñó el localizador, Jordi Renom, dije: “creo que es esta”, porque era la que tenía en mente. Una casa hecha en los noventa, de este estilo de arquitectura que se hacía en Barcelona en aquella época. Pensé que, realmente, podía ser el espacio dónde pasa la historia. Me costó un poco convencer al director porque él llevaba muchos años con este proyecto y tenía una casa en la cabeza, pero es que tampoco hubiéramos encontrado aquella casa exactamente. Si vamos a adaptarnos, hagámoslo con una que nos aporte y nos hable de los personajes, porque la protagonista es arquitecta. 

Y en Pájaros fue muy curioso, porque es una road movie que pasa todo el viaje por carretera entre Valencia, el Empordà, Francia, Italia, Eslovenia, Rumanía y Hungría. Y realmente los lugares donde rodamos fueron Barcelona, el Empordà, Turín en Italia y Rumanía. Esto quiere decir que todas las paradas intermedias las teníamos que solucionar idealmente en Barcelona, que es donde pasábamos más semanas de rodaje. Aquí en Barcelona hicimos Turín, un restaurante en el sur de Hungría lo hicimos en Badalona y Eslovenia en la Vall d'en Bas. 

 

Cómo decías antes, el director tiene una idea en la cabeza y después tienes que intentar recrearla. ¿Es muy difícil llegar a la idea que ella o él tiene en su cabeza y lo que al final puedes hacer? ¿Tienes que negociar mucho?

A veces depende sobre todo del director o directora y de cómo puedes lograrlo, de cómo sean ellos de conscientes. Siempre tienen que ser muy exigentes. Si ya al principio empiezas a bajar la exigencia, todo el mundo se desinfla. Más vale ser exigente y que tú sientas que va así, por qué es parte de su trabajo. Yo también soy exigente con mi equipo, dentro que vayamos a hacer todo lo que podamos. Creo que lo más importante es que puedas tener el espacio de hablar o de comunicarte y de ir viendo que estás en la misma línea, porque entonces el director o directora confía en ti. En las primeras localizaciones muchas veces no voy con los directores, solo con el localizador. De alguna manera yo y el localizador ya estamos haciendo una preselección de lo que pensamos que puede funcionar. Tienes que tener un poco la confianza que has entendido lo que la otra persona quiere y la otra persona de qué le llevarás. Pero también en estos días vas trabajándolo y vas limando. Tampoco depende todo de mí, también está producción. Por mí gastaría todo el dinero que hubiera o más, pero no estaría bien (risas). Con producción lo vamos pactando. Pero también hay directores que son muy conscientes, sobre todo, si han levantado ellos los proyectos, como por ejemplo el director de Desmontando un elefante o como Esmorza amb mi, la última película que acabo de rodar. Ellos han sido una parte muy importante, tanto Aitor Echeverría como Iván Morales, de levantar el proyecto y, por lo tanto, eran muy conscientes de los recursos que había. A pesar de que eran exigentes, sabían también que, si esto subía mucho, bajaría otra cosa. 

 

¿Cuáles son tus últimos trabajos o en lo que estás trabajando? Si se puede hablar de ellos.

Ahora estoy haciendo publicidad, que también hago menos, pero la hago cuando estoy en este punto muerto que has acabado un proyecto y no está claro el siguiente. Ya está bien, porque es otra manera de trabajar. Te pone las pilas. Ir rápidamente, de otro modo, también lidiar mucho con el cliente y la agencia. Es otro universo. También te permite quizás hacer cosas más espectaculares, aunque sea por poco tiempo. Ahora estoy haciendo esto mientras se concreta el siguiente proyecto de ficción.

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