JAUME BANACOLOCHA: “No hemos hecho ficción por hacer ficción”.

29/04/2024

Este mes entrevistamos a Jaume Banacolocha, CEO de Diagonal TV. La productora audiovisual celebra sus 25 años con la despedida de una de sus grandes series, Amar es para siempre

Celebráis 25 años, enhorabuena. 

¡Gracias! Más que 25, son 27. Como había la pandemia, no podíamos celebrarlo hace dos años. No nos dejaban hacer reuniones multitudinarias. Dijimos que ya lo haríamos y al final no lo hacíamos nunca. Y como queríamos celebrar los 18 años de Amar en tiempos revueltos y Amar es para siempre, dijimos: “pues hacemos una celebración que sea los 25 años”. 

 

¿Cómo nació Diagonal TV?

Los que fundamos Diagonal, que éramos Joan Bas, Josep Maria Benet i Jornet y yo, estábamos en TV3 y nos vinieron a buscar los de Telecinco por sí queríamos hacer una diaria con una empresa que se llamaba Zeppelin TV. Ellos podían poner la producción, pero el software y todo esto lo tendríamos que poner nosotros. Esto nos animó a decir: “¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos o montamos una productora?”. Y montamos Diagonal. Además, este proyecto no lo guionizó Benet sino Rodolf Sirera, un guionista que venía del teatro valenciano y con el cual teníamos muy buena relación. Con él hicimos El súper. Aquello fue el comienzo de Diagonal. Joan Bas, que salía como director de ficción de Diagonal, era como la bandera. Veníamos de TV3, de Poble Nou, Nissaga de poder,... Y tuvimos la suerte que TV3 muy pronto nos dio una serie de la que estamos muy orgullosos que era Temps de silenci. Nos funcionó muy bien y esto nos dio muchas posibilidades en Cataluña. Nos salió Ventdelplà y también nos fue muy bien. Tardamos en entrar en el mundo nacional de todo el estado. Habíamos hecho El súper durante tres años, pero no éramos los productores. La suerte fue hacer Amar en tiempos revueltos con TVE. Fue una serie de un éxito extraordinario. Hacíamos un 25 de share y 2,5 millones de espectadores. Aquello era una locura. Y eso sí que nos abrió muchas puertas en Antena 3 y en TVE, evidentemente. Con TVE hicimos La señora e Isabel y 90-60-90, diario secreto de una adolescente para Antena 3. Amar para nosotros es el buque insignia. Porque es la que abrió la oportunidad para todo el resto. 

 

Sois conocidos por hacer series de época, como La señora, La Catedral del Mar e Isabel. Ahora habéis estrenado Sueños de libertad que pasa en los años sesenta. ¿Queréis diversificar con otros géneros con series como El gran salto sobre la vida de Gervasio Deferr con Óscar Casas?

Todo esto nos viene de casualidad. Hicimos Amar en tiempos revueltos, y es verdad que Benet i Jornet, que en el cielo esté, siempre decía: “hacer una serie en la cual no haya teléfonos móviles nos ayudará mucho a todo. (risas) Por lo tanto, tenemos que buscar series en las cuales no haya móviles”. A pesar de que en Ventdelplà gracias a un móvil salvó a una persona en una escena. Pero curiosamente esto hacía en una diaria como Amar es para siempre, que era antigua, que las relaciones hombre-mujer fueran muy diferentes. Todo le daba un romanticismo y a la vez puedes buscar el empoderamiento de la mujer. Puedes hacer muchas cosas que con moderno es muy complicado. Esto hizo que se pensaran que somos una productora de época. 

Cuando hicimos La señora, que era una serie de época también, que nos pidió Telecinco, nos dijeron: “Vosotros que hacéis tan bien la época, ¿seríais capaces de hacer un prime time de época?”. Con esto también fuimos precursores, porque no se hacía. Nosotros lo volvimos a poner en marcha. Cuando les llevamos La señora, se asustaron. Nos dijeron: “Es que somos una cadena más actual, más moderna...”. Y la llevamos a TVE y enseguida nos la cogió. Tuvo mucho éxito. Nos viene la fama porque la misma gente nos lleva a la época, pero nosotros hemos sido muy diversos. La prueba está que en este tiempo hemos hecho una serie muy bien pensada como Matadero. Y después todo lo que hemos hecho ahora como La novia gitana o la segunda parte, La red púrpura. Intentamos hacer otras cosas. Hicimos Sin identidad, que también era una historia actual. Intentamos huir, lo que pasa es que nos cuesta. No por nosotros. Las cadenas también te buscan para hacer época. Sueños de libertad era actual y la cadena nos dijo, mientras los guionistas la estaban ya creando: “¿Y no la podríais hacer de época, que pasase en los años sesenta?”. Y lo cambiamos. Nosotros estamos muy abiertos a otras cosas. 

Ahora estamos haciendo El gran salto sobre Gervasio Deferr que ha empezado a rodar ahora en Barcelona y en Madrid estamos rodando ¿A qué estás esperando? de Megan Maxwell, que también es actual. También nos gusta mucho cuando vamos a un plató y vemos que todo es actual. No estamos acostumbrados a esto (risas). 

 

Ahora también estrenáis Regreso a Las Sabinas, la primera serie diaria de una plataforma. 

Actual, ¿eh? (risas)

 

¿Cuál creéis que es el secreto del éxito de una serie diaria?

Es difícil decirlo. Cuando hicimos Amar en tiempos revueltos era por una temporada. En aquella época TVE hacía diarias que eran adaptaciones de telenovelas sudamericanas aquí en España. Y eran de una temporada. Nos dijeron: “haced una vosotros, que no sea adaptación, sino original vuestro”. Y mira lo que duró: en TVE 7 años y 11 después en Antena 3. 

Por ejemplo, una serie diaria como Amar es para siempre, creemos que una de las claves importantes es que cambiábamos cada año la historia principal y la rodeábamos de unos personajes que la gente conocía mucho. Tenías una nueva historia, por lo tanto, a la gente no le volvías a explicar lo mismo. Hablabas sobre unos vecinos nuevos que llegaban o que ya vivían en el barrio. El hecho que hubiera toda una serie de personajes, que a la gente ya le gusta porque los conocen, hacía que hubiera costumbrismo. Había melodrama por un lado y costumbrismo por el otro. Y esto, muchos de los seguidores que hemos tenido estos 18 años nos lo decían. Que este costumbrismo les parecía que era muy de verdad, que eran como la gente de la calle, como si fueran igual que ellos. Para mí es, no toda la razón del éxito, pero si lo que más ha influido a que una serie pueda durar tantos años.

 

Habéis hecho también cine, pero menos, con películas como Va a ser que nadie es perfecto, La corona partida y La librería. ¿Por qué?

Hacer películas es aquello de te pones hoy y no lo acabas hasta de aquí a tres años. También decíamos de hacer algo que nos guste. La primera que hicimos era una comedia, Va a ser que nadie es perfecto. Nos reímos mucho todos haciéndola y viéndola después. Y en principio, era una TV Movie, pero al final nos dijeron que mejor una película. No era lo esperado. Después nos costó mucho volver. Con La librería, hacía más de 4 años que teníamos el libro. No encontrábamos cómo hacerla. Primera que pasaba en Irlanda del Norte. Decíamos: “¿Qué hacemos? ¿Lo adaptamos a España?”. Nos encontramos muchos problemas. Pero fue un día encontrarnos a la Coixet en una comida y ella decir: “Yo este libro lo he leído en inglés, me gusta mucho”. Y le dijimos: “Ostras, juntémonos y hagámosla”. Y esto fue la gran suerte de La librería

Ahora nos estamos poniendo. En este momento ya tenemos tres proyectos de cine. Uno se grabará ya este año. Será una película en catalán que se rodará en Cataluña. Pasa en el Valle de Aran y esta, ya sí, que se pone en marcha. Es una coproducción. Y tenemos dos proyectos más. Ahora nos hemos espabilado un poco (risas). Los otros dos proyectos están encaminados. No diré que grabaremos los dos el año que viene, pero quizás sí. 

 

¿Qué tiene que tener una historia para que os atraiga y queráis llevarla a la gran pantalla o la pequeña?

Siempre hemos dicho que nos gusta explicar historias, que lo que explicamos tenga algún significado. Que no sea, si puede ser, porque sí. Aunque sea una comedia. ¿Eh? Porque Va a ser que nadie es perfecto, se ríen mucho, pero acaba como un drama. Siempre nos ha gustado intentar explicar algo que socialmente tenga un sentido. Lo que procuramos es encontrar esto. Esta que vamos a hacer ahora pasa hace muchos años, pero tiene un sentido social que creemos que está muy bien, no puedo explicar mucho más. El otro quizás es más thriller y no tiene tanto de esto. Y la tercera que tenemos es un caso histórico de una cosa que pasó, ya se ha hablado un poco, pero creemos que merece la pena explicar la historia de lo que pasó en un momento determinado. Buscamos que siempre tenga un sentido social lo que explicamos, aunque no lo parezca. No siempre lo conseguimos, evidentemente, pero de la mayoría me siento muy satisfecho. No hemos hecho ficción por hacer ficción. 

 

¿Cuáles han sido vuestros mayores retos hasta ahora?

La gran dificultad ha sido “la época”, porque el día que nos dicen de hacer La señora, con un dinero de entonces, vestir todo aquello, vestuario, decorados, etc,... Nos preguntamos: “¿Lo sabremos hacer?”. Y lo hicimos. Siempre hemos sufrido por cosas como esta. Cuando decíamos: “estaría bien explicar Isabel”. Pensar en ponerse en época medieval con un presupuesto típico de entonces. Y lo hicimos. No sabríamos hacerlo ahora. No seríamos capaces. Los retos más grandes que hemos tenido han sido al hacer producciones como estas. La que más nos costó encontrar financiación fue La catedral del mar. Nos volvimos locos para intentar conseguir hacerla, porque tener el dinero en aquel momento costaba mucho. Ahora lo tienes más fácil. Fue un reto para nosotros. Nos la jugamos mucho, mucho. Porque aquello no había manera de que ligara. Primero, tener el dinero. Y con aquel dinero, que tampoco era el que queríamos, poder hacer la producción que salió. Y Los herederos de la tierra también. Nuestros retos más grandes han sido estos. Justamente la época nos ha dado muchos quebraderos de cabeza, que han sido satisfacciones después.

 

¿Y cuáles creéis que son los retos del futuro, de los próximos 25 años?

De momento estamos haciendo estas series que son actuales. Esto también te tranquiliza un poco. No te la juegas tanto. Estamos muy contentos. Tenemos más proyectos. Si Regreso a Las Sabinas de Disney funciona bien, nos puede dar muchas alegrías estos próximos años. Y tenemos proyectos entre las manos como las películas, pero también series, que nos gustan mucho y que creemos que saldrán. Nos da la sensación de que estamos en un buen momento. Como productora pasas momentos que tienes una bajada y piensas: “esto se acaba”. Siempre hemos tenido la suerte de que teníamos Amar. Ha habido años que no teníamos nada más. En cambio, otros como este, por ejemplo, tenemos dos producciones más y la película que se empezará a hacer en septiembre. Pues se está tranquilo. Y Sueños de libertad que está funcionando muy bien en cuanto a audiencia, nos da la tranquilidad de quizás tener una segunda temporada el año que viene. Estamos en un buen momento, la verdad. Nos han sentado muy bien estos veinticinco años.